lunes, 28 de abril de 2008

VALORES DE UNA SOCIEDAD (2007)

VALORES DE UNA SOCIEDAD



Dr Ricardo Bengolea



Nadie puede poner en dudas el marcado crecimiento económico de nuestro país. Sin embargo a la hora de plantearnos el orden de los valores que cualquier sociedad civilizada ha establecido como estamento fundamental y fundacional, nos encontramos con ciertos detalles que nos indican el poco interés por parte de los argentinos de aceptar el ordenamiento, de mayor a menor, de los valores esenciales como la ética, la moral y la justicia.
Gracias a las necesidades comerciales de crecientes economías como las de China e India, la República Argentina crece a guarismos más que interesantes, sepultando de a poco su fracaso económico reciente. Nuestro país crece a pesar de la Administración Kirchner. A pesar de las tropelías que el Presidente nos tiene acostumbrados tanto en el orden nacional como el internacional, con desplantes y descortesías que nos ubican cada vez más cerca de aquellos países del llamado “ Eje del mal” y cada vez más lejos de países como Chile y Uruguay, los números de nuestra economía demuestran que estamos vivos.
Tomé a ambos países de Sudamérica como ejemplo pues mucho tiene que ver su excelente clase política, al igual que un Pueblo cada vez más civilizado, más educado, más exigente.
En Chile los ejemplos de personalidades como los presidentes Alwin, Frei, Ricardo Lagos y la actual Michelle Bachelet, asimismo sus pares uruguayos, Sanguineti, Lacalle, Battle y Tabaré Vázquez nos han dado sobradas muestras de nociones elementales de calidad política. Sus respectivas sociedades tienen mucho que ver con esa realidad. Es el Pueblo que con su voto soberano designa quién se ocupará de administrar la República.
La noción de República en la Argentina esta cada vez más ausente. No solo como Pueblo hemos elegido equivocadamente a nuestros administradores, sino lo que es más grave aún, hemos permitido, por comisión o por omisión, que quienes debían hacerse cargo de la primera magistratura de la Nación, no respondieran ante la justicia por sus actos de gobierno.
Si nos preguntamos: ¿ Podemos vivir en una sociedad de bienestar con nuestros bolsillos repletos de dinero y no poder siquiera salir de nuestras casas por la escandalosa inseguridad en que vivimos? ¿ Los valores como la ética, la moral, el respeto por las instituciones de la República y el combate a la corrupción son tan importantes para nuestra sociedad como lo son el crecimiento económico particular? Dicho de paso, el crecimiento económico se puede dar junto a un comportamiento republicano, por lo menos así nos lo demuestran los países líderes del mundo.
Nuestros valores han mutado con el tiempo hasta transformarse, por falta de compromiso, en algo sin uso. Obnubilados por una incipiente recuperación económica, nos hacemos los distraídos cuando el Presidente se mete con la Corte Suprema de Justicia, cuando decide gobernar por medio de decretos, cuando presiona a los miembros del Tribunal de Casación Penal, cuando alardea de no necesitar inversiones extranjeras y poder vivir con lo nuestro como único recurso. Los valores como la ética, la moral, la justicia y la equidad que cualquier sociedad civilizada ha establecido como norte esencial para su evolución, lamentablemente en nuestro país, desde hace más de cuatro décadas, han sido suplantadas por la corrupción, por el avasallamiento de la República y la decadencia más absoluta.

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