lunes, 28 de abril de 2008

LOS DISTRAÍDOS (2006)

LOS DISTRAÍDOS


Dr Ricardo Bengolea


Como un tsunami que barre todo lo que encuentra, la ola de violencia y criminalidad que padecemos nos somete al más brutal de los temores : no saber si podremos disfrutar de nuestra familia en el futuro cercano por el asesinato de alguno de ellos o el nuestro. De la misma manera no podremos organizar, planificar, en fin.. soñar con algún beneficio de la tal mentada y prometida sociedad de bienestar por la misma causa.. Simplemente no podremos gozar del fruto de nuestro esfuerzo pues otros, protegidos por una legislación obsoleta y permisiva y un gobierno francamente cómplice han decidido que la Argentina se convierta en tierra de nadie, zona liberada.
Cuando se discute acerca del supuesto conflicto entre dos derechos fundamentales como lo son el de transitar libremente por los caminos de la República y el de expresarse libremente como así lo indica nuestra Carta Magna, este Estado indolente e irresponsable trata por todos los medios de hacerse el distraído al igual que la mayoría de los Partidos de la oposición, por acción u omisión, cuando la situación clama con urgencia que se aplique la ley. En el triste episodio de la muerte del docente Fuentealba surgen los condimentos lamentables que habla a las claras del desprecio por la vida que sufrimos a diario en nuestra querida República, la incapacidad de los gobernantes y la ausencia de un poder político abroquelado frente a los grandes desafíos de la sociedad. No es un detalle menor que quién asesinara de un disparo al maestro de química tuviera mucho más prontuario que currículo, detenido, procesado y encarcelado en dos oportunidades ¿Cuál es el criterio de selección? ¿Usted piensa que solo sucede en la Provincia de Neuquen? Creo que no. Es una forma de vivir, de morir, de bastardear a la República que algunos cuantos pillos, dentro y fuera de los gobiernos provinciales y el Ejecutivo Nacional tomaron por asalto estableciendo sus macabras reglas de juego sometiéndonos al escarnio de la decadencia.
Desde Cromagnon hasta Cabezas, de Axel Blumberg a Fuentealba, individualizar el dolor solo sirve para llenar fríos casilleros de algún remoto Ministerio. Debemos enfrentar a la falta de seguridad personal como un todo. Tanto el Gobierno como la oposición tienen la obligación de plantear las ideas fuerza que sean superadoras de nuestra realidad. Poner sobre la mesa de una vez y para siempre aquellos principios fundacionales que nos convirtieron en una República en su sentido más amplio con el fin de recuperar nuestro olvidado principio de supervivencia como sociedad civilizada. Hacernos los distraídos nos llevará, sin lugar a dudas a los tristes ejemplos del Distrito Federal en México, o la Caracas de Hugo Chavez ó el Río de Janeiro del Gobernador Cabral, quién considera que la única solución para la intolerable ola de secuestros y crímenes es la participación de las Fuerzas Armadas .
La falta de un presupuesto adecuado en educación, la complacencia de tantos ante la corrupción y la ausencia de estadistas políticos quizás sean las falencias más importantes que padecemos en este lugar del mundo. Mirar hacia otro lado mientras el sufrimiento es parte de nuestras vidas es suicida. Hacernos los distraídos mientras las víctimas se multiplican a nuestro alrededor, es de una irresponsabilidad atroz, pues también con el tiempo nos convertiremos, de un modo u otro en víctimas.

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