MANOTAZOS DE AHOGADO

A pesar del informe que el Instituto de Finanzas Internacionales elaboró acerca de la posibilidad de recuperación económica de nuestro país a tasas de crecimiento récord para Latinoamérica (entrte el 7 y 9% este año permitiéndole ganar las elecciones a la Administración de Cristina Fernández de Kirchner), la mayoría de las consultoras serias de opinión coinciden en que ningún sector político puede ganar en primera vuelta.

La inseguridad y la creciente inflación son el talón de Aquiles del Poder Ejecutivo. En ese orden de importancia.

Crecer económicamente puede llegar a ser atractivo para cualquier inversionista, pero quizás llegue a ser definitorio la inseguridad personal y jurídica. Lo mismo sucede con la inflación. En el mediano y largo plazo dinamita las posibilidades de cualquier economía. Y de cualquier inversión.

Si la Presidente logra combinar el fuerte crecimiento económico con una inflación contenida por mecanismos políticos y financieros seguramente podrá acceder a un ballotage.

Tienen los fondos para continuar subsidiando a los diferentes sectores "amigos" del oficialismo. Ahora les toca a las frutas y verduras conocer el látigo de Guillermo Moreno. Antes era Shell, Papel Prensa. Ahora el sector fresco de la alimentación. No se dan cuenta que cuanto más reglamenten más oprimen a los sectores. Está sucediendo con los frigoríficos que no han resistido el embate económico de las irrazonables medidas de Kirchner para con el sector.

La sobreactuación de la Presidente rodeada de su marido y todo el Gabinete nacional en el tema de Papel Prensa fue patético. En el supuesto caso que consideren que Clarín y La Nación conformen un conglomerado de empresas e intereses ilegales, existe la ley que cobate a los monopolios.

La batalla de los Kirchner va mucho más allá que una simple denuncia por supuesto monopilio y desde ya mucho más vanal que los argumentos falaces sobre supuestos aprietes a los Graiver y vinculaciones con delitos de lesa humanidad. Es negocio puro. Eso sólo debería ser suficiente para exigirle a la Presidente que presente la renuncia a su cargo. O por lo menos iniciarle el juicio político. Pero a veces me olvido que somos argentinos. Al igual que los negocios de ésta Administración, decadencia pura. La embajada de los Estados Unidos y la Administración Obama por medio de sus referentes evitó que la Presidente se enfrentara en una lucha loca contra la prensa. Monitoreando la situación de la libertad de prensa desde Washington y la embajada en Argentina la luz amarilla sugerida por esa Administración fue determinante. Tanto Cristina como su nuevo Canciller Timermann son respetuosos a los dictados de Washington. Gracias a Dios. De lo contrario el papelón hubiera sido aún peor.

Son manotazos de ahogado los del Gobierno nacional, sin embargo pueden hacer daño. Los empresarios son quienes primero tomaron nota al hacer efectivo el faltazo ante el cada vez más incómodo atril presidencial de la semana pasada.

¿Se imaginan a Moreno controlando las operaciones de importación de papel? La libertad de expresión sigue siendo atacada sin piedad. Al igual que la libertad de expresión y la de propiedad. Murió luego de una prolongada huelga de hambre el antichavista y productor agropecuario Franklin Brito. Solo reclamaba lo que era de su propiedad y Hugo Chávez se lo quitó repartiéndoselo a sus vecinos. ¿Creen que aquí eso no puede suceder? Ya pasó con Perón y los productores agropecuarios de su época. Por eso insisto que la seguridad jurídica es fundamental si queremos plantearnos una Nación con todas las letras.

Recordaba que durante la Presidencia del "kirchnerista" Carlos Menem muchos argentinos perdieron su vida. Comenzando con la de su hijo, Junior, las víctimas de la explosión de Río Tercero para encubrir la venta ilegal de armas, el helicóptero que cayó en el Campo de Polo de

Palermo, la voladura de la Embajada de Israel y la AMIA. Por un instante lo comparé con la Administración KIrchner. ¿Por lo menos éstos no tienen muertos colgados en los placards? Me olvidaba de los miles de víctimas fruto de la inseguridad reinante. Recapacité. Otra vez le gana Kirchner.

Huigo Moyano está desenfrenado, no solo quiere bloquear a las empresas privadas con los camiones que lidera su hijo Pablo sino que ahora apunta sus cañones hacia el gremio de Armando Cavallieri. Cavallieri con Menem, Moyano con Kirchner. Amigos son los amigos. Siempre buenos negocios. Nunca bueno para el país. El futuro "Lula· Da Silva argentino continúa ofreciendo sueldos paradisíacos a los "clientes" de otros gremios.

Elisa Carrió continúa sola y ya no espera. Los radicales hicieron una cuenta rápida: Lilita suma tanto como lo que resta en su intención de voto negativo. Neutro. Ni suma ni resta para la fórmula radical. A Lilita no le queda otro recurso que golpear la mesa del Acuerdo Cívico y mostrarse desafiante. Siempre es la dirigente más clara y contundente a la hora de pegar donde más duele. La corrupción y los "tejes y manejes" de la política.

Ricardo Alfonsín y el presidente de la UCR, el mendocino Ernesto Sanz, ante la furia de Julio Cobos y sus seguidores, lograron un entendimiento programático con el Socialismo que el Senador Giustiniani acercó al Comité del centenario Partido. La prenda de unión será probablemente el ofrecimiento a Hermes Binner como precandidato a Vicepresidente por el MORENA, la flamante corriente alfonsinista.

Cobos, como buen ingeniero, observa y toma nota. Elabora en silencio su estrategia final.

"Duhalde puede" es el slogan del caudillo de Lomas de Zamora. Sin embargo luego de la invitación de Francisco "Franta" De Narváez a compartir una comida en su domicilio a otros referentes del Peronismo Federal como Solá, Das Neves y Rodriguez Saa. El puntano aún recuerda como su hermano Adolfo tuvo que dejar con premura su investidura desde el baúl del automóvil presidencial en Chapadmalal.

Hora de pasar facturas para Duhalde y seguramente cada uno de ellos tienen sobradas razones. Eduardo Duhalde también las tiene.

Radicales, peronistas, socialistas, lilitos y macristas, deberán seguir demostrando ese consenso logrado en el Parlamento al momento de definir sus candidaturas. Hay un Pueblo atento a cada movimiento. A cada palabra. Por suerte.