sábado, 14 de agosto de 2010

RADICALES BUENOS. RADICALES MALOS

Comprendo la determinación de Elisa Carrió. La intransigencia yrigoyenista, patrimonio de la Unión Cívica Radical, ha sido expuesta en el tapete político con toda crudeza. Ella no está dispuesta a sentarse a negociar con los "radicales malos" del establishment partidario.
Dos precandidatos a Presidente de la Nación presenta el radicalismo. El Vicepresidente de la Nación Julio Cobos y Ricardo Alfonsín.
Tanto el primero con la mayor intención de votos a nivel nacional como el segundo con mejor imagen positiva según las encuestadoras de opinión más serias, ofrecen al electorado dos caras de la misma moneda.
Elisa Carrió eligió una de las caras de la moneda. Aquella que tiene al Senador Morales (con quién fundó el Acuerdo Cívico y Social) y a Ricardo Alfonsín, a quién maternalmente llama "Ricardito". Es la cara más amable del radicalismo. Aquella sin mancha.
La otra cara de la realidad del centenario partido la representa Julio Cobos. Actual Vicepresidente de la Presidenta Fernández de Kirchner. Rodeado de un think tank liderado por el "Coti" Nosiglia, Jesús Rodriguez y Leopoldo Moreau. Los llamados "radicales malos" que tejen acuerdos y alianzas en las sombras. Sus pasados espantan a una gran masa del electorado, sean radicales o no.
Carrió se hartó que la dejaran de lado en las negociaciones que por cierto se llevan a cabo a sus espaldas y con personajes tan conspicuos como complejos como Duhalde y Francisco De Narváez.
¿Es negocio ser intransigente en nuestra realidad política?
Elisa Carrió entiende que sí. Se encuentra sola en esa posición inclaudicable.
El resto del Acuerdo Cívico permanece dentro de esa fuerza que venció al oficialismo el año pasado en las elecciones de medio término
Si desmenuzamos la actualidad política de nuestro país podemos observar una lucha más comprometida con las candidaturas, a un año
de las elecciones presidenciales, que por las propuestas.
A pesar del gran esfuerzo en común que desde el triunfo del 28 de junio del año pasado las fuerzas de la oposición están llevando a cabo en el Parlamento, sus referentes se muestran por lo menos distante. El efecto inmediato del portazo de Elisa Carrió fue la consolidación del Acuerdo Cívico, los radicales buenos y malos y los demás aliados políticos como Binner y Stolbizer.
En el Peronismo Federal las candidaturas personalistas de Duhalde, Solá, Rodriguez Saa tiemblan cuando Reutemann, con apenas un gesto sugiere que a lo mejor sería candidato presidencial.
Carrió considera a Felipe Solá y a Carlos Reutemann como referentes "buenos" del peronismo. Según Van der Koy (Clarín) un guiño de Lilita y la respuesta de ambos peronistas podría generar un futuro político juntos. Se respetan y mantienen una excelente relación.
Los peronistas "malos" que encabezan Eduardo Duhalde y "Franta" Francisco de Narváez observan con recelo esa supuesta relación.
Julio Cobos coquetea con "Franta" de Narváez y con Alberto Rodriguez Saa, aunque la excusa sean la promoción industrial en San Luis y la consolidación del Nuevo y Gran Cuyo.
Nuestra política nacional podemos dividirla en tres tercios. Un tercio la tiene el oficialismo, el otro el Acuerdo Cívico y Social y el restante el Peronismo Federal. Somos afortunados, ninguno de ellos posee la mayoría por lo tanto necesariamente deberán llegar a una concertación programática como Chile. Se reunirán radicales buenos y malos, peronistas buenos y malos para terminar con una manera de hacer política no republicana y llevar a la Argentina a mejor puerto.
La intransigencia de Elisa Carrió marca a las claras el camino que ella trazó y la lucha que dio. Sin embargo, creo que son tiempos en nuestro país de establecer cual es el adversario a vencer y lo lograremos exclusivamente con acuerdos de todas las fuerzas de la oposición. Ni tan buenos. Ni tan malos.

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