A casi un año de sumergirnos nuevamente en la vorágine electoral, muchos piensan que el oficialismo triunfará ante una oposición atomizada e incapaz de llevar a cabo sus proyectos legislativos planteados en común.
Vamos por partes, dijo Jack el Destripador.
El oficialismo atajó varios penales desde mi último escrito. Se le avecinan tiempos difíciles de digerir acostumbrados a ignorar al Parlamento. Hicieron de la violación de la Constitución una constante como si las elecciones del 28 de junio del año pasado no hubieran existido.
Al cumplirse más de un año desde la derrota electoral en manos del Acuerdo Cívico y del Peronismo Federal, en ese orden, Kirchner decidió apostar a ese antiguo concepto que reza: No hay mejor defensa que un buen ataque. Esa táctica le ayudó a contar con un margen no mayor del 25% del electorado cautivo de los subsidios, de los planes alimenticios y envíos de remesas a las arcas de empobrecidas gobernaciones y municipalidades afines.
Con ese porcentaje no le alcanza para volver a ser Presidente, su sueño.
La gran mayoría de los argentinos se cansaron del maltrato y de ignorar los principios rectores de la República por parte del Poder Ejecutivo representado por su mujer.
La oposición estableció sus coincidencias y prioridades luego del éxito en las elecciones de medio término del año pasado.
Dieron a conocer un conjunto de proyectos que de común acuerdo, hasta el día de hoy, están llevando a cabo a días de convertirlos en leyes. El 82% móvil para los jubilados y la derogación de las facultades extraordinarias del Ejecutivo son un claro ejemplo al respecto.
Dieron una señal muy positiva a la sociedad de cara a las elecciones presidenciales del 2011.
La madurez de los partidos de la oposición es una brisa cálida dentro de las turbulencias políticas de nuestro país. Se puede soñar y estar esperanzado, pues si la oposición llega al gobierno habrá cuestiones que ya nadie pondrá en duda como la democracia, el federalismo, el sistema de partidos políticos, la independencia de los poderes del Estado, la libertad de prensa, el desarrollo económico y los principios básicos de toda República.
La Unión Cívica Radical lidera ese cambio luego de las elecciones internas en la Provincia de Buenos Aires donde Ricardo Alfonsín se alzó con un merecido triunfo. Toda una vida batallando contra las huestes de su propio padre que en esta oportunidad dieron su apoyo al Vicepresidente de la Nación. A pesar de ello, Julio Cobos mantiene intacta su intención de voto a nivel nacional. Lo que hizo el radicalismo fue sumar otra figura de peso para el año que viene.
Lo de Elisa Carrió, Stolbizer y Binner aún está por definirse. ¿Estarán dispuestos a secundar a un radical en la fórmula? Pareciera que sí ya que tanto Alfonsín como Cobos descartaron una fórmula conjunta.
En el Peronismo Federal, creo que tanto Duhalde, Solá, Das Neves y Rodriguez Saa miran con cierto recelo como la imagen positiva de Macri sigue en aumento a pesar de la confirmación de su procesamiento por parte de la Cámara Federal ¿Hasta cuándo? Es un misterio. Sea condenado o no, es una costumbre en este país que los políticos que Kirchner acosa suben en las encuestas. Ahora es el tiempo de Mauricio. Antes fue Carrió, Cobos y De Narváez.
Otros comentaron en voz alta la fórmula Duhalde - Lavagna, otros Reutemann - Duhalde, todo dependerá de las futuras encuestas políticas. Por ahora el Jefe de Estado porteño mantiene una diferencia a su favor importante.
Supongamos que se dé esta situación particular: Kirchner gana en primera vuelta. Alfonsín o Cobos en segundo lugar y el Peronismo Federal tercero o viceversa.
En el ballotage se presentan el oficialismo contra la "concertación a la chilena" antikirchnerista representada por el candidato radical y otro peronista (ya que esta comprobado que es harto difícil gobernar sin una pata peronista) ¿Qué haría parte del Acuerdo Cívico si ese candidato por el peronismo federal fuera Mauricio Macri? ¿Votaría por Macri respetando "la concertación" o por Kirchner?
En el oficialismo todo es más fácil de predecir. Siempre son y serán los Kirchner, Néstor o Cristina. Mientras midan en julio 2011 favorablemente en las encuestas siguen, de lo contrario Scioli sería un candidato de fuste.
Así las cosas, veremos cómo continúan desarrollándose los hechos en Ciudad Gótica, como la bautizó Carrió, ya que será ciertamente en Buenos Aires donde se dilucidará con el devenir de los meses los personajes y sus propuestas que permitirá o bien dejar en el pasado esta realidad penosa que le toca vivir a nuestro país o continuar con un poco más de lo mismo.
jueves, 29 de julio de 2010
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