lunes, 13 de julio de 2009

BUENOS AIRES CAPITAL DO BRASIL

BUENOS AIRES CAPITAL DO BRASIL

Ricardo Bengolea


Cuando el embajador americano en Brasil, Clifford Sobel, afirmaba muy suelto de cuerpo que “Estados Unidos dejó de pensar que Buenos Aires es la capital brasileña” muchos compatriotas sentimos que se nos estrujaba el corazón. El peso de la realidad borraba de un plumazo nuestra añeja utopía de liderar ésta parte del Continente como había ocurrido durante nuestra gloriosa época en que nuestras vacas eran gordas. Hoy ya casi no quedan vacas. Y las que quedan son la prueba más cabal del siniestro período Kirchner que como un tsunami barrió con toda la producción nacional y los pueblos del interior.
El gran gigante sudamericano ha despertado combinando las monárquicas ambiciones lusitanas con la pujanza, el desarrollo económico y la alegría de vivir de millones de brasileños. Brasil, para los Estados Unidos, es parte de la solución. Nosotros, junto a un grupo de países cuyos líderes impresentables los sumieron en pobreza y corrupción como Chávez, Correa, Ortega y Fidel, somos por cierto parte del problema.
Brasil junto a China y la India son economías emergentes y por esa misma razón, invitados a formar parte de las grandes decisiones mundiales.
Argentina se entretiene mientras tanto removiendo Ministros. Gatopardismo puro.
Hasta en Wall Street se dieron cuenta de la movida kirchnerista. Bancos de inversión, analistas de riesgo crediticios, calificadoras de riesgo se han puesto de acuerdo en la delicada situación económica de nuestro país, fruto de la inexistencia de un plan económico anti crisis, la pérdida de las elecciones legislativas y la costumbre de Néstor de rotar a los alfiles y peones de su singular tablero de ajedrez. En ese reciclaje barato que nos acostumbra cada vez que las papas queman la situación se agrava aún más pues la escasa confianza se va licuando. Cambia para que nada cambie.
Argentina presenta insultos a la República como las listas testimoniales, las constantes violaciones a la libertad de prensa y opinión, los índices mentirosos del INDEC
¿Qué pensarán en Brasil acerca de la demencial decisión de la Presidente Fernández y su ex Ministra de Salud de ocultar los números de víctimas fatales producto de la gripe H1N1 con el sólo objeto de intentar ganar las elecciones a toda costa? Incluso de nuestros muertos. Don´t cry for me Argentina, silbará algún ciudadano del mundo que observe nuestra brutal decadencia.
La ex Ministra Graciela Ocaña lanza su propia ONG “Confianza Pública”. ¡No tiene jeta! Como se dice en el arrabal. No tiene vergüenza. Fue ella misma por instrucciones de la Presidente Fernández quién ocultó las verdaderas cifras de la pandemia para después de las elecciones. ¿Permitiremos que la ex funcionaria se marche sin que algún fiscal de la Nación o ciudadano alerta la denuncie por complicidad con el poder?
Sin castigo no hay justicia. Sin justicia no hay República que aguante tanto dislate. Hasta la denominación de la ONG es una burla. ¿Dónde esta la “confianza pública” que los ciudadanos pretendían de su Ministra de Salud?
Su enemigo público número uno mientras era funcionaria fue Hugo Moyano. El nuevo “Lula” argentino. ¿Estará realmente convencido que quedarán tantos tontos en la Argentina para esa época? ¡Argentina, país generoso! Exclama Jorge Rial y tiene razón.
“Las retenciones deben estar en la agenda del diálogo” afirma Moyano. Tiene razón.
Es un placer tenerlo como socio dentro del selecto grupo de “oligarcas terratenientes” ahora por lo menos antes de mandar a su hijo a fanfarronear a la “República” de Entre Ríos con sus muchachos patoteando al campo, lo vamos a tener de nuestro lado.
La Presidente llamó al diálogo sin embargo todos estamos hartos de ese tipo de diálogo. Dialogó con el campo, con la industria, con los empresarios, con la Iglesia, con los gremios pero sabiendo de antemano que todo quedaría limitado al plano de la charla de café. ¡Querés diálogo, tomá diálogo! Entonces se vuelve a reunir con los empresarios, con los industriales e incluso con los sindicalistas. Una “charlita” corporativa.
Dentro de la República quienes dialogan luego de una paliza electoral como la que sufrió con justicia el matrimonio Kirchner se lleva a cabo entre el oficialismo y los legisladores elegidos por el pueblo. No debe ser un diálogo corporativo sino muy por el contrario, aquellos diputados y senadores nacionales elegidos por la mayoría de los ciudadanos deben consensuar las políticas estratégicas a largo plazo para el desarrollo de la Nación. De lo contrario, lo único que se logra es poner parches a corto plazo ante los requerimientos de cada uno de los sectores de la sociedad.
El diálogo multisectorial siempre fue un fracaso en nuestra historia.
En lugar de plantear las políticas de Estado consensuadas por quienes han triunfado en las últimas elecciones se vuelve a apostar por el fracaso. Después se llenan la boca de Bicentenario, del Pacto de la Moncloa y no se cuantos otros divagues por el estilo.
Pan y circo. No hay futuro sin consenso ni políticas de Estado a largo plazo.
Si la industria cayó un 11%, según los datos de la UIA, nada se soluciona prometiendo medidas aisladas que probablemente sean inaplicables.
Si la producción agropecuaria se encuentra en tal situación de deterioro que hay que importar trigo, importar carne e importar leche no se soluciona con medidas de corto plazo sino por medio de una verdadera política agropecuaria en consonancia con la política de crecimiento y desarrollo como Nación.
Si el gobierno no se da una ducha de realismo se agravará la fuga de capitales que ya suman más de U$ 20.000 millones para fin de año.
No olvidemos que gracias a la magia de la Administración Kirchner se han esfumado de las arcas de la Nación U$ 43.000 millones desde el 2007.
¿Cuántas viviendas, hospitales, escuelas y otras inversiones fundamentales para nuestro progreso como sociedad se hubieran realizado con esa cifra sideral?
A eso se refieren los politólogos y economistas nacionales e internacionales cuando hacen referencia a la falta de confianza, a la inseguridad jurídica.
Insisto que alguna vez en la Argentina quién las hace las pague.
¿Se puede considerar “progresista” un gobierno que ha generado más del 40% de pobres en todo el país de acuerdo a la autorizada palabra de Monseñor Casaretto contando con el viento de cola internacional que provocaron las demandas de materias primas de India y China? Desde ya que no.
La pobreza ha sido y es un gran negocio político de varios truhanes que han tomado por asalto a nuestra República y que aún no han recibido el castigo electoral que se merecen. En nuestro futuro cercano el voto electrónico tendrá mucho que ver con producir el cambio político tan anhelado. Hubiera sido fantástico que por lo menos los Partidos políticos cumplieran con las mínimas reglas de juego. Reforma política ¡ya!
A pesar de la “cumbre” de cráneos reunidos en el Calafate durante éste último fin de semana no creo que haya novedades que colaboren con las palabras de Duhalde que “estamos condenados al éxito”.
Los Kirchner son perversos. Nada bueno sale de esa sociedad sino más pobreza, más indigencia, menos producción y mucho menos República. Seguramente continuarán con su ideología de confrontación y castigo a quienes los humillaron en las urnas.
La palabra consenso “no habita” en el imaginario de ninguno de ellos.
El futuro del país es una utopía para ellos pues apenas pueden verse el ombligo de sus propias miserias.
La oposición y quienes habitamos el suelo argentino tendremos que dotarnos de mucha paciencia agotando toda nuestra batería de soluciones republicanas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena Nota. La realidad es cruel... nos mereceremos todo ésto?