DESARROLLO A RITMO DE SAMBA O DE TANGO
Ricardo Bengolea
www.ricardobengolea.blogspot.com
La palabra “desarrollo” ha sido muy maltratada por los distintos gobiernos argentinos con la honrosa excepción de la administración del Dr. Arturo Frondizi. Los resultados están a la vista. Si a crecimiento económico nos referimos, Brasil es el ejemplo más contundente pues apostó siempre por el desarrollo. “Orden y progreso”, reza en el corazón de su insignia patria. Fue el país que más inversiones extranjeras ha recibido en este lado del mundo. Estableció las bases de su crecimiento en la seguridad jurídica para el inversor permitiendo la continuidad de gestión de su antecesor en el poder a pesar de las diferencias políticas evidentes entre Cardozo y Lula.
La determinación por el progreso los llevó también a implementar modernos planes educativos a lo largo de 20 años logrando hacer descender un 30% el total de analfabetos. Para plantear el desafío de un crecimiento sustentable es esencial contar con una educación de calidad al alcance de todos, siendo la misma el arma más letal contra el populismo.
La situación social por la que atraviesa Brasil desde hace muchos años no fue un obstáculo para lograr convertirse en una de las economías más vigorosas del mundo. Conocen la profunda brecha económica y social que existe en su pueblo, sin embargo, han apostado a un futuro donde el desarrollo, desde siempre, ha sido la meta de cada brasileño, sea gobernante o gobernado. A ritmo de samba, Brasil fue clasificado con el nivel de “Investment grade”, permitiéndole formar parte del grupo exclusivo de países desarrollados.
Argentina, a ritmo de tango, ha hecho del uso del lenguaje una constante: “Argentino a las cosas” imploraba Ortega y Gasset, conociendo nuestra idiosincrasia. De la misma forma en que hemos abusado de palabras como “democracia”, “federalismo”, “libertad”, también desgastamos el término “desarrollo”.
La inflación es el impuesto a los pobres y siempre son los gobiernos de carácter populista los que gracias a su corrupción e incapacidad retoman la senda equivocada.
La población por debajo de la línea de pobreza aumentó al 30%; nuevos pobres con trabajo. La inflación se ocupa de someterlos a la cruda realidad de los Kirchner. A pesar de tener empleos, no les alcanza para vivir.
Wall Street (Standard & Poor´s, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Merril Lynch) avizoran problemas serios en el devenir económico de nuestro país si no se realizan las modificaciones necesarias en su equivocada estrategia de control de precios, en el combate a la inflación del orden del 25%, y el caos generado por los subsidios cruzados para financiar el consumo muy barato de servicios públicos. S&P redujo de “estable” a “negativo” la clasificación sobre la deuda emitida por la Argentina. En el mismo día, Brasil obtenía el nivel de “grado de inversión” la máxima jerarquía otorgada a los países del primer mundo.
La protesta agropecuaria marcó un hito de suma importancia en la vida política y económica de nuestro país. Es el punto de inflexión que permitirá en el futuro cercano discutir e implementar una equitativa Ley de Coparticipación Federal, definir de una vez y para siempre la representatividad de legisladores, gobernadores e intendentes,
la “cajita feliz” de la Administración Kirchner los doblegó en desmedro de sus representados. Logró unificar a la dirigencia del campo que no habían mostrado hasta el momento el grado de madurez y sentido común que las circunstancias exigían. Atomizada por los intereses y las ideologías que cada una de las entidades representaba,
lograron aunar voluntades y demostrar la dignidad del hombre de campo y sus justos reclamos ante una sociedad política cómplice de los desastres económicos que padecemos.
Aumentar la frontera agropecuaria para triplicar nuestra producción de carnes y granos será la nueva meta que deberán proponer los futuros dirigentes políticos. Medio Siglo de desaciertos han concebido una Nación cada vez más pobre prometiéndonos con dulces palabras el bienestar de nuestro pueblo.
Res non verba (hechos no palabras). No necesitamos observar a los Estados Unidos, ni a Europa para encontrar referentes exitosos. Demos una mirada a nuestro vecino: Brasil, que con su ritmo de samba va cumpliendo las demandas de su gente. Políticas de crecimiento a largo plazo, previsibles con continuidad de gestión pública.
El cambio deberá ser sin estridencias ni discursos histéricos. Sin promesas ni utopías inalcanzables. Con serias y modernas políticas tributarias, con una economía más abierta que permita que las variables del libre mercado fluyan como en el resto del mundo desarrollado. Con un Estado fuerte y presente que establezca las reglas de juego para la inversión y el crecimiento lo más equitativo posible.
Las grandes economías comenzaron con un sector agropecuario fuerte y dinámico, por una cuestión económica y de geopolítica. Es una oportunidad extraordinaria que tiene la Argentina para crecer.
El Gobierno ha generado una crisis en plena expansión económica, algo ciertamente inaudito. El Congreso debe recuperar la independencia que le compete y convertirse en la caja de resonancia del pueblo. Es el reaseguro contra el personalismo, que tanto daño nos ha causado.
jueves, 8 de mayo de 2008
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