lunes, 15 de agosto de 2011

LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD

LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD (Elecciones presidenciales 2011)



Afirmación peronista si la hay. Siempre actual.
De acuerdo a los votos emitidos en la elección de ayer, más del 70% de la ciudadanía consagró al peronismo en todas sus facetas políticas.
Eso habla a las claras que no hay nada nuevo bajo el sol argentino.
Ni propuestas ni referentes. A nadie le importó la corrupción, ni la inseguridad y menos aún la inflación. Como decía el benemérito Bill Clinton “Es la economía, estúpido”.
Ya pasó con el “voto cuota” de Menem. Y pasó con Cristina en el 2007 a pesar de los cuatro años de gestión de su marido.
Nuestra realidad es mucho más profunda que una mera frase de un mandatario exitoso como Clinton. La diferencia es que en los Estados Unidos nadie pone en duda la independencia de los Poderes del Estado, el respeto por las instituciones de la República y el sometimiento de todos los ciudadanos al imperio de la Ley.
Los principales actores de este resonante fracaso de las fuerzas de la oposición fue su atomización. Luego del triunfo en las elecciones de medio término del 2009 la mayoría del pueblo soñó con una oposición unificada, con criterios de modernidad y esperanza para un cambio tan anhelado.
La atroz realidad política de nuestro país demostró que el divismo personal de la gran mayoría de los referentes de esa oposición y los mensajes vacuos que expresaban fue conformando la tormenta perfecta que tuvo su epílogo con los resultados electorales de ayer.
Por un lado, el centenario Partido Radical, haciendo gala de su añeja tradición de dirimir sus diferencias con democracia interna presentó las tres opciones más prometedoras en el abanico electoral nacional. Cobos, Sanz y Alfonsín iban a internas.
Julio Cobos se dio cuenta que su caudal electoral se había diluido luego de su voto no positivo en el Senado dando por finalizada la guerra gaucha.
Ernesto Sanz sufrió el abandono de De Narváez mientras intentaba ser una opción dentro del Partido y hacia todo el país.. También se bajó de la interna.
Ricardo Alfonsín quedó bien ubicado dentro del Partido hasta que llegó a un acuerdo con Francisco De Narváez creando la Unión por el Desarrollo Social.
Cometió un grave error. Decidió disciplinar a su tropa radical de la Provincia de Buenos Aires para que no hubiera internas. La gran mayoría de los radicales no le dieron su voto. De ahí su magro desempeño electoral.
Eduardo Duhalde, pese a su intención de competir en internas con Solá, Das Neves y Rodríguez Saá, tampoco llegó a buen puerto.
Luego que se bajaran Solá y Das Neves quedaron él y el gobernador puntano quién para sorpresa de muchos estaba realizando una excelente elección interna.
Duhalde se retiró de la interna ante la posible marea de votos kirchneristas a favor de Rodríguez Saá y se cobijó bajo el ala más tradicional del peronismo.
Le sucedió lo mismo que a Alfonsín. Se protegieron dentro de sus Partidos sin lograr proyección fuera de los mismos. El futuro pasó por otro lado.
Elisa Carrió tuvo quizás la peor elección de su carrera política ¿Quién va a votar a un candidato que exija menos corrupción en un país decadente como el nuestro?
Estoy convencido que las palabras de la Presidente Fernández llamando a la unión nacional no son sinceras.
El modelo instaurado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández será potenciado.
El triunfo aplastante confirma la recalcitrante posición de La Cámpora y los personajes que rodean y rodearán a la Presidente en el futuro inmediato. Tenían razón en el armado de las listas. Creer o reventar.
Ganarle a Cristina el 23 de octubre es un desafío prácticamente imposible.
Si Duhalde, Alfonsín y Binner llegaran a un acuerdo donde uno de ellos es el candidato a Presidente para octubre ¿Ustedes se imaginan la reacción de los candidatos a senadores, diputados, nacionales y provinciales, intendentes y concejales cuando tengan que resignar sus cargos y sus dietas por cumplir con el acuerdo de los tres referentes?
Es impensable.
Con solo recordar las palabras de cada uno de ellos anoche mientras sufrían los embates de las cifras del kirchnerismo como un huracán que todo lo barre a su paso, prometiendo a su electorado que jamás se van a bajar de sus candidaturas. Que van a dar batalla el 23 de octubre y que, en tiempo y forma explicarán sus respectivas plataformas políticas al electorado. Un poco tarde.
Me pareció patético. No habían aprendido la lección. No habían leído la elección. No habían respetado la voluntad mayoritaria del pueblo.
Cristina Fernández ganó porque se ocupó de la gente. Les dio football para todos. También subsidios para todos. En un pueblo atrasado cultural e intelectualmente no es extraño volver a prometer “pan y circo para todos”.
A nadie le importó la corrupción. Ni la inseguridad. Ni el narcotráfico. Ni la educación. Ni la inflación. Ni la falta de República.
La única verdad es la realidad, como decía hace muchos años El General. Y tenía razón.


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