No todo es color de rosas en el gigante sudamericano. Sin embargo han iniciado una transformación mucho más profunda que el mero desarrollo económico.
Es impensable el desarrollo económico si no se comienza con un desarrollo social. Atacando la base de la corrupción y por carácter transitivo a los corruptos, de uno y otro lado, público y privado.
También combatir o al menos establecer reglas de juego creativas y audaces para combatir el narcotráfico.
Una vez que se tomó la decisión de combatir los males que acechan a su sociedad, Brasil comenzó a marcar las grandes diferencias con otros países vecinos.
Mientras en la Argentina se fugan 14.000 millones de dólares por año por inseguridad jurídica, Brasil se convierte en el destino de la mayor cantidad de capitales extranjeros, generándole, aunque parezca mentira, algunos problemas debido al excesivo ingreso de los mismos. Recalienta su economía y encarece su nivel de vida.
Detalles minúsculos si los comparamos con su gran desarrollo económico, el 25% de su población ingresando en la clase media, un combate frontal contra la corrupción y el narcotráfico.
¿Porqué Brasil recibe tantas inversiones extranjeras? Por la certidumbre de sus políticas de Estado. Porque Itamaratí durante 200 años mantuvo la misma política exterior. Porque Brasil apostó a la seguridad jurídica comenzando por combatir la corrupción.
Ese notable proceso dió comienzo con la renuncia del Presidente Collor de Melo por corrupción y su posterior juzgamiento. En ese mismo momento, en la Argentina, el Presidente Carlos Menem disfrutaba de una suerte de "prisión de Country" en lo de su amigo Gostanian.
Ayer como hoy, practicamente todas las causas contra Carlos Menem fueron cayendo, una tras otra. La sentencia del Pueblo: Culpable. La de la Justicia: libre de culpa y cargo. Flaco favor se le hizo a la seguridad jurídica del País. Encima el Gobierno de Cristina Fernández llegó a un pacto con el riojano de favores mutuos.
Collor de Melo terminó en la cárcel.
La Presidente del Brasil, Dilma Rousseff, continuando con esa política de tolerancia cero a la corrupción, le pidió la renuncia al Ministro de Turismo, Pedro Novais.
Es el quinto Ministro al cual le exigió la renuncia por corrupción. Los Ministros renunciados fueron: Antonio Paolocci (Jefe de Gabinete), Alfredo Nascimento (Ministro de Transporte), Wagner Rossi (Ministro de Agricultura) y Nelson Jobim (Ministro de Defensa).
Un gran ejemplo de la verdadera revolución que América Latina debe comenzar a llevar a cabo. Eso sería lo progresista, lo moderno, lo audaz.
Recuerdo cuando en épocas de Menem - Cavallo nos visitó la Primer Ministro de Nueva Zelanda. Cuando le preguntaron acerca del milagro Kiwi ella agregó que se debía a la lucha contra la corrupción.
Aquí no la comprendieron.
Así nos va.
Ricardo Bengoleaº
Compromiso por Mar del Plata – UCR
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jueves, 15 de septiembre de 2011
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