jueves, 17 de septiembre de 2009

EL GRAN DICTADOR

EL GRAN DICTADOR


Ricardo Bengolea



Como si estuviéramos viendo la pantomima del gran film de Charles Chaplin, más parecido al General González de Costa Pobre que satirizara el inolvidable Alberto Olmedo que al Gran Dictador de Hollywood, Néstor Kirchner ha quitado a los ciudadanos los últimos resquicios de la República.
Con la Ley mordaza que acaban de votar el oficialismo junto a los partidos de izquierda liderados por el Socialismo es un nuevo retroceso de la Argentina en el gran desafío por volver a ser un país normal.
Si Alfredo Palacios se levantara de la tumba la realidad del voto del Partido Socialista lo ofendería hasta yacer nuevamente en el sueño de los justos.
Avalando tamaña locura contra la libertad de prensa, contra la libertad de expresión, contra la seguridad jurídica, en fin, contra lo más sagrado que surge del espíritu de nuestra Constitución Nacional, la libertad, el líder socialista seguramente tendría varios reproches para con sus seguidores.
Escuchando al sindicalista devenido en Diputado Nacional por el Frente para la Victoria, Julio Piumato, argumentando sin conocimiento mínimo sobre la realidad acerca de las telecomunicaciones y la radiodifusión, me terminó por preocupar.
¿En manos de quién hemos depositado nuestro futuro? Sin legitimidad no hay legalidad posible. El 28 de junio quién fue vencido en las elecciones sigue dominando al país.
Un país con pelandrunes y pelafustanes, con tilingos y avivados. Una mayoría vocinglera y mal educada que desde siempre ha burlado las inquietudes y reclamos de las minorías. Es difícil tener esperanza pero no debemos bajar los brazos.
¿A quién le importa el Parlamento como caja de resonancia de la voluntad popular? Confunden mayoría con absolutismo. Populismo y demagogia con democracia.
Este nuevo intento de Kirchner de modificar de manera Express la Ley de Radiodifusión tiene los mismos sesgos autoritarios e ilegítimos que cuando planteó y llevó a cabo sus lamentables candidaturas testimoniales. Burló las disposiciones constitucionales con el aval de la mayoría oficialista. No le bastó para ganar.
Kirchner ya era un dictador antes que la Presidente Fernández fuera elegida. Sin embargo, la mayoría del pueblo argentino la votó, a pesar de la triste trayectoria de su marido en el respeto por una prensa libre y la libertad de expresión. Ambos se mofaron de la libertad de expresión y de la convivencia republicana al no dar ni una sola conferencia de prensa. Cooptaron periodistas y políticos con el engaño de la “transversalidad” influyendo en las empresas de medios de comunicación con la antojadiza distribución de la pauta publicitaria oficial.
Presionaron y patotearon tanto a los medios como a sus periodistas. Desde el atril ridiculizando y amenazando a quienes los investigaba y denunciaba como “infames traidores a la Patria”. También lo hicieron con la ayuda de Hugo Moyano & son rodeando sus plantas gráficas con los camiones impidiendo que la distribución de los periódicos más importantes como Clarín y Nación llegara a los ciudadanos cada vez menos libres.
Espero que todo este dislate sea puesto sobre el tapete de la constitucionalidad, la legitimidad y por cierto la legalidad a partir de la asunción de los nuevos parlamentarios el 10 de diciembre próximo.
Democratización y desmonopolización. Los objetivos que planteó el gobierno en la discusión de la nueva ley de medios audiovisuales. Ninguno de esos medios fue alcanzado. No habrá más democracia ni en el otorgamiento por parte de la mayoría del oficialismo como autoridad de aplicación y ciertamente tampoco acabará el monopolio que sí tiene el gobierno en los medios, por ejemplo cuando de manera tan burda la Presidente Fernández abusa de la Cadena Oficial para transmitir cuestiones de poca importancia como lo ha realizado tantas veces desde el atril. Ahí tenemos el verdadero monopolio de la palabra. Sucede lo mismo en el Parlamento y en el Consejo de la Magistratura. Monopolio oficial. El peor de los monopolios.
No se debe reglamentar la libertad de expresión. Cuanto más intervenga e interfiera el Estado en los medios de comunicación y en los contenidos del mensaje peor será para quienes vivimos en este país. Habrá menos inversión en los medios y por cierto menos trabajo. Vienen en nombre de los pobres y hay cada vez más pobres.
El licenciatario debe regirse por el principio de la autorregulación. Libertad con responsabilidad. Y el receptor del mensaje, nosotros, con la libertad que nos reconoce nuestra Carta Magna, decidiremos en libertad y con libertad el mensaje que más nos convenga. Que más nos apetezca.
Pluralidad de medios y contenidos para que podamos elegir libremente.
¿Me pregunto porqué los licenciatarios de medios deben solicitar a la autoridad de aplicación de turno la renovación de sus licencias mientras cumplan con todos los requisitos plasmados en la Ley de radiodifusión? Solamente puede comprenderse en la necesidad de quienes detentan el Estado de tener el poder para someter a su criterio no solo la adjudicación de las licencias sino el contenido del mensaje. Joseph Goebbels tenía una acabada idea acerca de la manipulación y persecución de los hombres de prensa y sus contenidos. Así le fue. Es sólo una cuestión de tiempo.
Habrá que luchar con más ahínco por lograr más libertad y más sana República.
Con más de 300 canales de televisión por cable en todo el país, 6 canales de televisión abierta en la misma ciudad de Buenos Aires, cientos de periódicos y medios gráficos y miles de radios AM y FM, ¿A que mente enferma se le puede ocurrir que los grandes grupos de medios periodísticos son monopólicos?. En todo caso, si eso llegara a ocurrir, hay legislación de fondo y de forma que se ocupa de dichas figuras legales.
Argentina siempre detentó un desarrollo excelente no sólo en cuanto a los avances tecnológicos de sus medios de comunicación sino en la calidad de sus hombres de prensa y sus contenidos. La futura Ley de radiodifusión debe estar a la altura de los avances de la difusión audiovisual y satelital, sin embargo se debe volver a las bases de nuestros más primitivos compromisos por la libertad, única característica que nos permitirá crecer y competir. ¿Verdaderamente creemos en la libertad? Libertad con responsabilidad. El Estado no comprende y por lo visto la gran mayoría de nosotros tampoco.
Seguridad jurídica. Seguridad laboral. Libertad de prenda y expresión. Principios que fueron pisoteados anoche con la media sanción en la Cámara de Diputados con el voto de la mayoría oficialista junto a la vergonzosa alianza con el Partido Socialista.
La izquierda me impresiona. Se llena la boca de libertades y derechos humanos y luego en la práctica votan junto al gobierno la vulneración del derecho más primario que gozan los ciudadanos, la libertad de expresión.
La adulteración de los medicamentos es otra vergüenza nacional. ¿La ex Ministra Graciela Ocaña no estaba al tanto de esta maniobra de la Bancaria y del Laboratorio San Javier? Al igual que cuando nos explotó en la cara la mal llamada gripe porcina, ahora quienes mueren son los pacientes con enfermedades terminales y los portadores del virus del SIDA. Ni los muertos hacen temblar a la Administración Kirchner-Fernández.
Como tampoco los hace considerar a la inseguridad, la falta de trabajo y la pobreza como los males endémicos de nuestro país, tampoco les resulta políticamente correcto investigar y denunciar el tráfico de medicamentos truchos que matan.
La madre de las batallas no es la Ley de radiodifusión.
La madre de todas las batallas es el atraso educativo, la lucha por la pobreza y la indigencia y la falta de desarrollo económico.

viernes, 4 de septiembre de 2009

SONO TUTTI FASCISTI

SONO TUTTI FASCISTI


Ricardo Bengolea




En una demostración de verdad brutal, la fallecida escritora italiana Oriana Fallaci nos convulsionó con sus dichos: “Los argentinos son todos fascistas”.
No estaba errada. Es un grave problema en la vida de los países latinoamericanos que no tienen una idea cabal acerca de la libertad. En la Argentina de Kirchner esa realidad atroz se volvió una forma de dominio y control no solo de los medios por parte de la antojadiza publicidad estatal sino el apremio y el acoso a periodistas que conciben a la libertad y a vida republicana como base estructural de la sociedad.
La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos escrita en 1789 dice:
“El Congreso no hará ley alguna….que coarte la libertad de expresión o de la prensa”
El espíritu de nuestros constitucionalistas fue dejar bien claro que esa Primera Enmienda americana fuera plasmada en la nuestra para ser respetada y considerada por la sociedad como esencia de nuestra Carta Magna. Sin embargo por generaciones de argentinos el concepto de libertad de expresión y de prensa libre se fue transformando por convicción de la mayoría de nuestro pueblo en una libertad cada vez más acotada a la voluntad de nuestros tiranos de turno. Al igual que con la justicia, cada Presidente fue estableciendo los límites a la prensa y a la libertad de expresión temerosos que la misma pudiera investigar y denunciar sus actos de corrupción minando su poder totalitario.
No puede haber prensa más o menos libre. Como tampoco puede existir una persona que haya sido violada más o menos. Hay o no hay violación de la persona como algo integral. Lo mismo sucede con la libertad de prensa. Hay libertad de prensa y expresión o no la hay.
Lo más grave en nuestra sociedad es que la gran mayoría de los ciudadanos consintió que el Estado se apropiara de su derecho a la libertad de expresión.
Con la nueva Ley de Medios Audiovisuales o Radiodifusión sucede algo similar. Desde el gobierno de Alfonsín se ha intentado reformar la Ley 22.285 de Radiodifusión establecida por el Gobierno de facto. Pasaron 26 años y aún penando. Cada vez que se intentó reformarla se tocaban intereses del Estado y de las empresas.
No hay verdadera vocación por discutir una nueva y moderna legislación pues en este caso se apunta a un supuesto monopolio del grupo Clarín por el atrevimiento de haber pasado sus huestes a los reclamos de la gran mayoría opositora del gobierno.
No es la Ley de leyes ni la madre de las batallas como equivocadamente afirmó Gabriel Mariotto, Presidente del COMFER.
Creo que no es oportuno su tratamiento como la gran mayoría de las propuestas del oficialismo, una nueva cortina de humo para tapar la miseria y la pobreza extrema que aumenta día a día, la ausencia de políticas educacionales para un mundo moderno, la falta de políticas de Estado agropecuarias, económicas, sociales, la inserción en un mundo cada vez más globalizado y competitivo. No es el momento. Si los destinos de 600 millones de pesos para el football “gratis” fue un verdadero dislate pues ese monto hubiera ido a nuevas escuelas y hospitales el tratamiento de la nueva Ley de radiodifusión es parte de la estrategia de los Kirchner por generar odios y rencores en la sociedad. De eso el sector agrícola-ganadero aprendió mucho.
Insisto que nuestra sociedad tiene una visión muy mezquina de la libertad. El y los gobiernos de turno se aprovechan de esa situación.
Recuerdo que durante el Gobierno de Raúl Alfonsín, mientras asesoraba ad honorem al joven Diputado Nacional por Chubut (UCR) y luego Gobernador “Cacho” Lizurume nos cruzamos por uno de los pasillos de la H. Cámara de Diputados con el jefe de la bancada de nuestro partido el “Chacho” Jarovslasky. Una semana atrás habíamos presentado un moderno proyecto de Ley de Radiodifusión en dicha Cámara. “Cacho, de ese proyecto, ni una coma vamos a aprobar” sentenció Jarovslasky ante nuestro asombro. Suerte que eran radicales, pensé. Luego tuvimos una reunión con el CEMCI que reunía a los medios de comunicación independientes de ese tiempo. Uno de esos empresarios nos rechazó el proyecto por ser demasiado “liberal”. Nos dimos cuenta con el Diputado que tanto el gobierno como el sector privado no estaban preparados para convivir en libertad. Libertad significa responsabilidad y aceptar las leyes de la libre competencia genera mucho pánico.
Buscando en mi archivo personal hallé los fundamentos de dicho proyecto de ley que fui redactando luego de una pormenorizada investigación del derecho de las telecomunicaciones de otros países como los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Japón.
“Los servicios de radiodifusión mencionados por la presente ley, establecen el marco adecuado para exaltación de la libertad en su grado supremo. Es el espíritu de la norma brindar a la inversión privada, fuente de futura grandeza, las posibilidades concretas de hallar un camino firme y preciso donde realizar y canalizar sus inquietudes de inversión.
De esta y de ninguna otra forma se logrará conformar un País económicamente soberano y con un sistema de radiodifusión que cubra el extenso marco de su territorio”.
“Es necesario comprender que, los países más avanzados del mundo en el tema de la radiodifusión establecieron pautas concretas dirigidas a un auténtico sistema de libertades, donde la autorregulación por parte de quién emite el mensaje sea el único medio de contralor de lo que brinde al público, y sea precisamente la opinión pública quién determine a su vez la suerte de ese radiodifusor, a través de una activa participación y utilizando los resortes que provee la vida en democracia y dentro del marco de la Constitución Nacional”.
“Un verdadero desarrollo como sociedad libre determina que sea el propio destinatario del mensaje quién tome la iniciativa, y que participe dentro de un sistema de pluralidad de medios compare y elija con libertad, elemento primordial para resguardar nuestro sistema político”.
“La actual ley de radiodifusión demuestra como fue estructurado, no solo el parámetro de los medios sino la sociedad en su conjunto. ¡Todo lo prohíbe! El Estado otorga y quita sin dar explicaciones. Crea un sistema piramidal de autoridad donde todo esta sometido a su arbitrariedad siempre abusiva”.
Estos fundamentos plasmados en el proyecto de Ley de Radiodifusión que elaboré y luego presentó el Diputado Nacional Lizurume en la Secretaría Parlamentaria del Bloque de la UCR el 26 de agosto de 1986 dan sobrados argumentos acerca de la transformación mental que debe ocurrir en nuestros legisladores para soñar no solo con una radiodifusión moderna sino más libre y accesible a todos. Libertad con responsabilidad. Pero libertad al fin.
170 artículos del proyecto de Medios Audiovisuales exponen la actualidad hegemónica del gobierno de la Presidente Fernández con el aporte de su consorte en funciones operativas. Más Estado. Más control. Más negocios y prebendas para sus amigos.
Durante la resolución 125 su enemigo fue y continúa siendo el campo argentino, con este mamarracho estatista de los medios de comunicación su gran enemigo es “el gran diario argentino”
Dijeron que lo discutirían largamente en busca de consensos. ¿Quién les puede creer aún? Mentirosos compulsivos. La mayoría oficialista apuró el trámite parlamentario desoyendo a la oposición logrando que las comisiones de Comunicaciones, de Libertad de expresión y la de Presupuesto solo autorizaran tres audiencias públicas ¿Y el interior del país? Kirchner con cada vez menos poder se pone más violento y patotero. Como despreció al gobierno de su mujer nada tiene que perder. Va por todo hasta el 10 de diciembre con el cambio de parlamentarios. “No le tengo miedo a nadie” alardea Néstor en la segunda conferencia de prensa en 6 años. Ni a la República, ni a la democracia, ni a la prensa libre, ni a la justicia, ni al Parlamento, ni a las nuevas minorías parlamentarias luego de la paliza recibida el 28 de junio. El Rey sol.
Daniel “felpudo” Scioli le bajó el pulgar por sugerencia de Néstor a tres de sus funcionarios. Al Ministro de Asuntos Agrarios Emilio Monzó, al coordinador del Gabinete Científico y Tecnológico Miguel Campos y al subsecretario de Reforma Política bonaerense Darío Duretti. ¿Recién ahora se dan cuenta de la política llevada a cabo por Kirchner y su “modelo” de exclusión y pobreza? También el vocero “mudo” de la presidencia Miguel Nuñez fue eyectado. Me dan miedo sus reemplazos. El Intendente Franetovich de Chivilcoy como lazo con el campo y Alfredo Scoccimarro ex vocero de De Vido como vocero presidencial. De mal en peor.
En todos los medios se explicó la composición del paco “asesino”: alcaloide de cocaína, anfetaminas, bicarbonato de sodio y cafeína. Para comprar café también vamos a necesitar una receta médica. Mientras tanto el jefe de Gabinete Aníbal Fernández afirmaba muy suelto de cuerpo “No estamos de acuerdo con la definición de que el paco mata”. Yo terminé.